Venir de viaje a Mallorca no es solo
playa de día, fiesta de noche y resaca al día siguiente, es también historia y
arte. Y artísticamente queda demostrado sabiendo que estos tres genios de
alguna manera u otra, estuvieron relacionados con las islas, y que pisaron las
callejuelas del casco antiguo de Palma al igual que tú. Y es que pasear por el
centro de la ciudad de Palma, una tarde de invierno a las 18:00, no tiene
precio. Comparable a pasear por Manhattan, sin tantos rascacielos, pero con más
detalles en los que fijarse.
Cada fachada tiene algo especial, sea un
detalle arquitectónico olvidado en una cornisa polvorienta, o la ropa de
colores colgando desde un balcón de diseño modernista, que quién sabe quien una
vez hace 60 años podrías haberte encontrado apoyado sobre el balcón, fumando un
cigarrillo mirando a las calles de Palma de 1950.
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